Un 30 de mayo de 1961, hace 60 años, murió Trujillo. Lo mató un comando de unas 7 personas que lo seguía en tres autos, en el trayecto a San Cristóbal, su ciudad natal.
 
En total los complotados fueron 11, aunque medio centenar de personas estaban al tanto de lo que sucedía, y sólo dos pudieron vivir para contarlo: Antonio Imbert Barreras y Luis Amiama Tió.
 
El primero se escondió muy discretamente en el consulado italiano, y el segundo tuvo la protección de un matrimonio amigo que lo escondió en su casa, tras una falsa pared, dentro de un armario.
 
Ambos salieron de sus escondites a los seis meses, cuando la familia Trujillo se había ido a Europa. El presidente Joaquín Balaguer convirtió a los dos sobrevivientes en generales de las Fuerzas Armadas dominicanas.
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