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Leer | 2 Timoteo 3.14-17

28 de julio de 2014

Este mundo ofrece planes financieros, programas para perder peso, y una multitud de otras oportunidades que aseguran rendir resultados beneficiosos. Pero nada es más provechoso para nosotros que las Sagradas Escrituras.

Los planes de Dios no se limitan a la salvación. Su objetivo es que usted sea transformado conforme a la imagen de su Hijo, y la herramienta que utiliza para lograr su propósito es la Biblia. El pasaje de hoy esboza su programa de conjunto para su transformación espiritual.

El fundamento es la enseñanza de las verdades básicas de la Biblia. Estas doctrinas sobre el carácter y la obra de Dios son un ancla para nuestras almas en las tormentas de la vida, y nos protegen del engaño. Puesto que todos somos pecadores, la perfección es imposible. Pero cuando la Biblia nos reprende, somosredargüidos por los pecados que cometimos.

Después de esto viene la corrección. El Señor nunca nos redarguye y nos deja en el caos que hemos hecho. Nos da lo que necesitamos para arreglar las cosas.

El último paso es la instrucción en la justicia. Piense en esto como un curso privado de discipulado con la Palabra de Dios. Si obedecemos la instrucción y la disciplina de la Biblia, creceremos en obediencia y santidad, y con el tiempo necesitaremos menos corrección.


La plena participación del paquete de beneficio de Dios implica tres pasos: Leer la Biblia cada día; creer todo lo que Dios señala en su Palabra —no solamente las partes que nos resulten gratas (He 4.2); y hacer lo que Él dice. De esa manera, usted estará equipado para cumplir el propósito que Dios tiene para usted.